2. Trasfondo Histórico del libro de
Ester.
Mardoqueo fue uno de los
transportados a Babilonia, cuando el rey Nabucodonosor cautivó a Judá, llevando
preso al rey Jeconías, a todos los príncipes, artesanos y herreros de
Jerusalén, según el profeta Jeremías. Jeremías 24:1.
Mardoqueo, a quien le fue
cambiado el nombre en Babilonia, derivado de Marduk, sin conocerse su nombre
real, es el personaje central de los hechos. Él aconseja a su hija adoptiva
Ester que no se identifique como judía, cuando entre las doncellas se buscaba
esposa para el rey Asuero del Imperio Medo Persa.
Mardoqueo también fue uno de
los personajes que regresaron a Jerusalén con el edicto de Asuero o Ciro, unos
seis años después de su ascenso al trono, cuando derrotó a Babilonia,
cumpliéndose así la profecía de Jeremías sobre Asuero o Ciro. Jeremías 28:4
En el momento en que ocurren
los hechos, Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey Asuero, posiblemente
como personal de confianza en el reino, y era considerado uno de los príncipes
transportados de la tribu de Benjamín. Por el asunto de buscar esposa para el
rey entre las jóvenes de la ciudad, su hija Ester también fue llevada al
palacio. Ella, según le había sugerido Mardoqueo, no reveló su procedencia
judía, con la salvedad de que los judíos no podían unirse con extranjeros.
Deuteronomio 7:3
Sin embargo, ni Mardoqueo ni
Ester podían ejercer sus derechos ni sus leyes, porque estaban en cautiverio y
sometidos a las leyes de otros países. Por el contrario, si no acataban las
leyes, serían penados por las leyes del Imperio Medo Persa.
En este caso, observamos la supremacía
de Dios en el asunto, ya que Ester fue coronada como reina durante el reinado
de Asuero.
En este sentido, dentro del
contexto del libro, vemos a Ester protegiendo a su pueblo judío, y a Mardoqueo,
quien a través de Ester tuvo acceso al rey para lograr la protección de los
judíos. Mardoqueo regresó a Jerusalén como parte de la comitiva, pero luego
volvió al palacio, y Ester permaneció allí, cuando el mismo rey Asuero dictó un
edicto para que regresaran a Jerusalén a construir el templo.
Lamentablemente, el rey Asuero o Ciro
duró poco en su reinado, ya que fue asesinado por Artabano, comandante de la
guardia real y funcionario de la corte, después de la batalla contra Grecia. Lo
sucedió su hijo Darío I.
La Biblia guarda silencio
sobre la posibilidad de una descendencia con Ester, y sobre si los posibles
herederos de Artajerjes —otro nombre conocido en el Imperio Medo Persa para
Asuero o Ciro, después de su hijo Darío I, pudieran haber sido hijos de la
reina Ester con el rey Asuero. Sería especulativo afirmarlo.
De igual forma, Artabano no es
mencionado en la Biblia, aunque la historia lo nombra como comandante de la
guardia real. Es posible que tuviera otro nombre, como era costumbre en la
época, cambiar los nombres de las personas por los de sus ídolos.
En este sentido, el Imperio Medo Persa,
se desenvolvía en un ambiente de traición y atentados contra el rey, entre los
intereses de la élite y los herederos del reino. Estos se vieron involucrados
en asesinatos, incluso de sus antepasados, según los historiadores. Por el
contrario, Ciro iba fortaleciéndose, pero igualmente fue asesinado por
Artabano, uno de sus jefes militares.
En otro aspecto, probablemente
Mardoqueo y Daniel, personas cercanas al palacio, fueron los encargados de
anunciar a Asuero las profecías sobre él, dadas por los profetas Jeremías e
Isaías. Isaías 45:1; 44:28; Jeremías 25:12; 51:11
Estas fueron escritas por Esdras en
sus libros. Esdras 1:1; 2 Crónicas 36:22-23
Esta podría ser la razón por la que Mardoqueo gozaba de confianza en el reino de Asuero, sentado a su puerta. No sabemos con certeza cómo Asuero se enteró de que Dios le había dado todos los reinos de la tierra, ni cómo supo que debía edificar casa al Dios de Jerusalén.
En este orden, también existe la probabilidad de que se haya enterado por medio del profeta Daniel, quien sirvió como sabio en Babilonia desde unos años después de haber sido transportado. Luego, el último rey de Babilonia lo ascendió al tercer puesto en el reino, en la misma noche en que Babilonia cayó. Daniel profetizó la inscripción en la pared, escrita por los dedos de Dios, al rey Belsasar, anunciando que los Medo Persa, vendrían a derrotarlos, y así sucedió. Daniel 5:30